El patio interior se potencia abriendo los huecos para alcanzar la mayor dimensión posible que introduzca luz en un bloque de más de 30 metros de profundidad.
Este proyecto de reforma se encuentra situado en un edificio de los años setenta en el ensanche de Valencia. La configuración de la estructura existente permitía pensar en una secuencia de cinco módulos con usos diferenciados. El programa está dibujado para adaptarse al devenir de esta vivienda familiar en la que las necesidades irán evolucionando con el paso del tiempo.
Así las zonas de día se pueden intercambiar entre ellas trazando nuevas distribuciones fácilmente al ubicar las instalaciones en el perímetro, optimizando el espacio para el número de usuarios e incluso pudiéndolo transformar en una oficina.