En el acceso se ubica el garaje y el núcleo de comunicaciones que conduce a un nivel intermedio a modo de terraza sobre el paisaje que contiene la piscina. Estos dos niveles, el de acceso y la terraza se materializan con una piedra gris que los mimetiza en el entorno y engarzan el volumen que contiene a la vivienda construida en revoco blanco.
La planta principal se gira para poder observar la ciudad de Los Ángeles, dos perfiles con geometría en “L” y dispuestos de forma invertida configuran el mecanismo que resuelve la estructura y permite que todas la estancias de la vivienda busquen las vistas deseadas, de este modo la casa tiene una única ventana de veintinueve metros de longitud, que mira la vida de la ciudad como si se tratase de un dispositivo para atrapar el paisaje, como si se tratase quizás de una ventana indiscreta.