El espacio interior queda vertebrado a través de un vestíbulo-distribuidor tratado como un aparente frente panelado de madera lacada de suelo a techo, que en su uso se convierte en puertas de paso y en armarios.
La vivienda se ubica en un edificio de tres alturas de mediados del siglo XIX situado en el casco antiguo de Valencia.
Con una superficie reducida y escasa luz natural, el proyecto de reforma propone compartimentar únicamente las estancias de noche y potenciar al máximo la verticalidad aprovechando su generosa altura, además de crear en la antigua galería una caja de vidrio de grandes ventanales que da acceso a una terraza, incorporada a partir del cubrimiento del patio de la planta inferior.