La dimensión de la lámina de agua busca ampliar la percepción de amplitud de este espacio.
En la planta superior se encuentran las estancias privadas de la vivienda, un volumen que pretende levitar se dibuja con la misma materialidad que confiere al interior una suerte de velo desde el que mirar sin ser visto.
La dimensión de esta segunda planta supera el espacio cerrado de la planta baja generando terrazas y arrojando otra frontera, en este caso inmaterial, la sombra.
Se pone el acento en un elemento constructivo, la cancela, entendida como una celosía construida con elementos industriales que en esta ocasión define la arquitectura, confiere privacidad y caracteriza de forma dinámica todos los materiales al ser atravesada por la intensa luz. Un efecto que siempre nos ha cautivado, no es casualidad que la arquitectura musulmana en la que se empleaba este elemento lo denominasen así, masrabiya (maravilla).