Se propone una arquitectura que se entrelace con el jardín, ampliando al máximo el perímetro de contacto con el paisaje y diluyendo los límites entre lo construido y lo natural.
En este enclave de Madrid, esa relación con el entorno adquiere un valor singular. Para lograrlo, se renuncia deliberadamente a una volumetría compacta y se adopta un trazado ascendente que evoca ciertas obras de Alfaro. El proyecto aspira a resolver una dicotomía: ser a la vez geométrico y orgánico. Aunque su estructura es precisa, el habitante la percibe como algo natural, casi como si se hubiera acomodado de manera aleatoria al lugar.
El proyecto combina dos arquetipos ancestrales: el pabellón, entendido como un espacio abierto y centrífugo; y el patio, concebido como un ámbito más recogido y descubierto. Siempre nos fascinó la relación con el exterior en algunos proyectos de plantas alargadas de la obra de Glenn Murcutt y Stephane Beel, entre otros. Las piezas se configuran como elementos longitudinales y pasantes, obtenidos mediante un radio de gran dimensión. Estos cuerpos se yuxtaponen optimizando las circulaciones. De esa relación surgen cinco jardines con identidades propias —casi patios abiertos— definidos por la disposición de la arquitectura.
Cada uno ofrece una atmósfera particular y multiplica las relaciones visuales, haciendo que el exterior sea siempre una presencia activa en la experiencia del conjunto. Son espacios preparados para acoger las especies de gran porte que llegarán con el tiempo.
El programa se organiza siguiendo esta lógica ascendente. En el nivel inferior se sitúan la piscina y las habitaciones de invitados; por encima se desarrolla la zona de día, que se orienta hacia la cercana vista de un lago; y en la cota más alta se disponen las estancias nocturnas, reunidas en una pieza que actúa como un puente y genera bajo ella una amplia terraza en sombra. En el punto donde convergen las distintas piezas se ubica el núcleo de comunicaciones, que articula los niveles y refuerza la continuidad entre arquitectura y paisaje.
El proyecto, en última instancia, nace de algo tan antiguo como esencial en arquitectura: la proporción. Es a través de un ancho de los elementos minuciosamente ajustado como se alcanza la relación espacial buscada. Nada más y nada menos.
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SUP. PARCELA / M2
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HABITACIONES
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3
TIPOLOGÍA
Viviendas



































































