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Viviendas de lujo
Viviendas de lujo. Casa Balint. Ubicada en una parcela de 1300 metros cuadrados mirando a un campo de golf a las afueras de Valencia, España, la Casa Balint prueba que los diseños más inesperados pueden surgir de superar obstáculos a la hora de diseñar viviendas de lujo. En este caso, el problema era una ordenanza municipal que limitaba las casas de nueva construcción a una planta y una cubierta inclinada. Buscando exprimir una mayor superficie de la pequeña parcela para sus clientes, una pareja con dos hijos, el arquitecto local Fran Silvestre se inventó la idea una cubierta arqueada, lo suficientemente alta como para albergar una completa buhardilla de dormitorios a la vez que cumplía con la legislación. “Redondeamos la forma un poco, y todo empezó a salir de manera simultánea,” comenta Fran Silvestre.
Casa Balint. Estructura
La estructura elíptica resultante, con una cubierta inclinada y profundos voladizos en sus dos extremos simétricos, uno mirando a la calle y el otro abriéndose a una terraza con piscina y a los campos de golf, no podría ser más elegante y concisa. Es una solución, aplicada a las viviendas de lujo, a la que no se podría añadir ni quitar nada. Los voladizos protegen a las grandes aberturas de vidrio de debajo del fuerte sol mediterráneo y ofrecen terrazas para los dormitorios, mientras que las paredes curvas alejan a la casa de los jardines laterales de manera que esta no abarrota la parcela. “Es una especie de aerodinámica,” sugiere Fran Silvestre.
En el interior, los espacios habitables de la planta baja se encuentran completamente liberados de particiones interiores, abriendo las vistas a través de la casa. Silvestre articula las diferentes zonas habitables organizándolas alrededor de un distribuidor de doble altura donde se ubica la escalera, creando una sensación de profundidad interior y liberación vertical en un espacio etéreo diferente. El distribuir presenta una claraboya rectangular en el punto más alto de la cubierta. Las barandillas de vidrio ahumado gris de las escaleras y el corredor perimetral de la planta superior contrastan con los acabados blancos de la planta baja. La luz solar penetra a través de la claraboya para arrojar un brillante y cambiante rectángulo de luz sobre el suelo de madera blanqueada, mientras que las barandillas de vidrio atrapan reflejos relucientes de las vistas exteriores.
Diseño interior
El único elemento divisor del interior en la planta baja es un mueble largo que se para antes de llegar al techo, separando la cocina del distribuidor. Con las líneas limpias de la isla de la cocina y las piezas clásicas de mobiliario moderno como la Egg Chair de Arne Jacobsen, seleccionadas por el diseñador Andrés Alfaro Hofmann, los interiores dibujan comparativas inevitables con los espacios abiertos de la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe o la Glass House de Philip Johnson. Pero Fran Silvestre añade el impulso vertical del distribuidor de la escalera a sus espacios horizontales y fluidos y resuelve los problemas de privacidad de las estancias privadas con una planta superior convencional de dormitorios. Un completo sótano incluye habitaciones para invitados que miran a un patio excavado que se ubica en un lateral. El diseño resultante es implacablemente directo y mínimo, juntando en un único conjunto aseado y pulcro los elementos familiares de la casa unifamiliar.
El proyecto requirió de una destreza estructural para lograr esta simplicidad de líneas, única en este tipo de viviendas de lujo. La totalidad de la casa se sujeta en cuatro columnas que tienen una altura de dos plantas y se ubican en los laterales para sujetar la bóveda de hormigón de la cubierta. La planta de dormitorios se suspende de esta bóveda a través de tabiques muy resistentes de hormigón ocultas en las particiones. Dirigiendo las tuberías y otras instalaciones a través de las gruesas paredes laterales del edificio, Silvestre pudo dejar el techo de la planta baja completamente libre de interrupciones.
Materiales
Para contrarrestar el empuje horizontal de la bóveda, un anillo de hormigón ciñe y rodea el edificio al nivel de las barandillas de las terrazas superiores. Los dos voladizos se compensan, extendiéndose hasta los 6 metros.
Silvestre estudió diferentes acabados para las paredes curvas exteriores y la cubierta, incluyendo estuco, baldosa cerámica y piedra, antes de seleccionar una solid surface artificial por su tersura, sus juntas ocultas y su resistencia al agua. Aunque principalmente se use para encimeras de cocina, está certificado para su aplicación exterior en España. El material fue montado directamente sobre una subestructura de aluminio sin materiales adicionales, ya que su alto contenido de bauxita lo hace compatible con los coeficientes de dilatación térmica del aluminio. Los paneles de este material fueron curvados ligeramente en fábrica sin ser termoconformados ni haber necesitado moldes, y anclados al aluminio para lograr la curvatura final.
Silvestre apunta que a pesar de de la forma inusual de la casa, sus superficies se curvan únicamente en una dirección, no en dos como lo hace una cúpula o un ratón de ordenador. “Construimos la maqueta para el diseño usando únicamente dos trozos de cartón,” comenta el arquitecto. “He llegado a la conclusión de que si no somos capaces de construir aquello que pensamos en una maqueta, será muy difícil construirlo en la realidad.”
Con la Casa Balint, Silvestre rompe con las líneas rectilíneas de obras previas en viviendas de lujo, como la Casa del Atrio o la Vinoteca Vegamar Selección, y pone sus osadas innovaciones estructurales en el centro de atención. El otorga la gran parte de los méritos de su audacia a su cliente, un comercial de productos de construcción, que escogió este diseño frente a otros dos esquemas más convencionales. “Es un hombre que se hizo a si mismo y que quería una identidad propia para él,” comenta Silvestre. “Nos contó que le gustó el diseño porque nunca había visto algo igual.” Con sus formas blancas y fluidas de una material no identificable y una piscina elíptica que rodea la terraza como una onda de expansión, la casa ofrece la relajante sensación de un yate de lujo atracado en un campo de césped.